Hace no mucho terminé de leer la novela original, en su versión completa (Minotauro, 2002, muy buena edición). Me enteré al leer el prólogo que originalmente había sido cortada por el editor al publicarse en Estados Unidos, para que fuera más vendible. El autor despotrica furiosamente contra ello, especialmente porque la película de Kubrick se basa en la versión recortada.
La realidad es que de haber incluído el capítulo final la película, probablemente la película fuese completamente olvidable: el héroe superviolento de pronto descubre que ya no está para esos trotes, ¡hasta reniega de las sinfonías y se dedica a escuchar música romántica!
A veces los editores realmente saben lo que hacen
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