Llegué a Brujas (Brugge en flamenco, y nada que ver con las de escoba), el martes cerca del mediodía. Lo primero que ví y ya me llamó la atención, son dos molinos Holandeses a lo largo de uno de los canales que rodea el centro histórico, cerca del hostel; finalmente no supe por qué están ahí.
Al llegar, me dieron un mapita llamado Use-It hecho por un grupo de jóvenes, con muy buena información. Lo hacen también para las otras ciudades importantes de Bélgica: Gent, Anwerpen y Bruxelles, es muy recomendable para todo el que hace turismo independiente.
Como decía el mapa, todo el mundo se queja de que no pasa nada en Brujas, de los turistas que no los dejan andar en bicicleta y de que es una ciudad de viejos. Es bastante cierto, pero justamente, gracias a la data del mapa ése, encontré muchas cosas para hacer en Brujas, y la pasé genial.
Algunos locales me enseñaron frases básicas en flamenco, pero luego me dí cuenta que era el dialecto occidental, que es bastante distinto del flamenco oficial y no lo entienden en el resto del país! Al menos en todos lados se entiende que pintje es una cerveza :-).
A la noche, luego de haber recorrido los lugares más importantes para ver, me quedé en el hostel. Ahí funciona uno de los bares más animados de la ciudad, y muchos locales van a mezclarse con los turistas. Nos quedamos hasta tarde tomando cerveza con dos belgas (Sarah y Nina) y un norteamericano que vive en Argentina (Scottie), y yo me enamoré perdidamente de la cerveza belga: cientos de cervezas distintas, cada una una maravilla, cada una servida en una copa especial de la marca correspondiente. Es imposible probarlas a todas, pero juro que lo intenté!
El miércoles me levanté con la resaca a cuestas, y me quedé tomando mate en la barra del bar hasta que me terminé de despertar. Almorcé en un restaurant (de nuevo un dato del Use-It) nada turístico llamado De Pas Partout, donde se comía comida local muy rica y luego me tomé un café en Vlissinghe, el café más antiguo de la ciudad (1515). Por la tarde volví al hostel, porque una de las belgas nos había prometido llevarnos de paseo, pero finalmente nos colgó. Así que me fui a un local donde vendían cosas de segunda mano a revisar un poco, y además de comprarme algunas baratijas que me gustaron, me engolosiné comprando ropa muy barata y muy linda.
Un dato interesante: Bélgica resultó ser uno de los países más baratos que visité, dormir me salió €12 por noche con desayuno, se puede comer sentado por €3, y en el restaurant que nombré antes pagué €7 por una comida bastante elaborada... La cerveza común en el bar más lindo sale €1,5 el vaso (equivalente a una caña en España o imperial en Portugal, unos 200 cc), y las cervezas "gourmet" no pasan de €3,5. Uno puede llegar a pagar lo mismo en muchos bares de Buenos Aires...
Por la tarde comí al uso local: antes de las 7 de la tarde! Y luego me dediqué a recorrer los bares de la ciudad, que es bastante chiquita. En unos de ellos, 'T Opkikkertje, pude comprobar que como decía el mapa, es común que las mujeres inviten la cerveza, una local con la que me puse a charlar en la barra me invitó una Delirum Tremens. Finalmente terminé en el bar del hostel y me fui a dormir más o menos temprano.
Aunque mi idea inicial era irme el miércoles, me quedé hasta el jueves porque todos los locales me recomendaban ir a Gent ese día, que es el de más actividad nocturna. Entonces el jueves aproveché para ponerme al día con el correo, buscar alojamiento en Amsterdam y por la tarde irme a Gent. Finalmente fui bastante más tarde de lo que esperaba, porque tuve que ver unas cosas del trabajo.