Llegamos el lunes temprano a Beauvois, el mini-aeropuerto que usa Ryanair. El bus hasta parís salió casi tan caro como el pasaje (€13) y nos llevó 2 horas llegar. No habiendo dormido casi nada, y con el antihistamínico que me dieron en Madrid, no me pude levantar de la cama en todo el día. Seguí bastante groggi por culpa del remedio.
Fue una semana rara la que pasé en París, sorpresivamente Niv tuvo que irse a Marsella a un velorio, y cuando volvió no tenía el mejor ánimo, como es imaginable. Yo estuve con las bolas pesadas y medio dormido siempre... Así que en 7 días hice muy poco en París, salvo asombrarme todo el tiempo de lo caro que es todo ahí :).
Lo primero que visité, porque me quedaba cerca, fue el cementerio de Père-Lachaise, donde pude visitar las tumbas de Jim Morrison, Oscar Wilde (llena de besos hechos con lápiz labial), Rossini, Chipin y Edit Piaf
Hice parte de las visitas turísticas obligatorias: pasé por la iglesia de Notre-Dame (no la ví por dentro, pero por fuera no dice mucho), caminé por las orillas del Sena, subí a la torre Eiffel, me tiré a descansar en los Campos de Marte, fui al Louvre, me mareé con la red de metro tan grande que tienen...
De la torre Eiffel, la conclusión es que no vale la pena... Es más linda desde abajo, y arriba... bueno, la ciudad no dice mucho desde arriba. Lo más gracioso de la visita fue que estaba toda la zona alrededor de la torre llena (no cabía un alfiler) de escoceses que habían ido por un partido, no sé si de rugby o de fútbol, todos bastante borrachos ya a las 5 de la tarde.
Del Louvre me llamó la atención que siendo uno de los museos más visitados y más importantes del mundo, no te prohiben sacar fotos, sólo te piden que en lo posible no uses flash; hasta pude sacar una foto de La Gioconda. Ahora, me gustaria saber por qué el resto de los museos no te dejan sacar una foto ni de lejos.
Después de varios intentos fallidos, logré abonarme por un día al genial sistema de bicicletas públicas que tienen. Es buenísimo, hay bicicletas por toda la ciudad, te llevás una y si la devolvés en menos de media hora, es gratis. La podés devolver en cualquier otro lado de la ciudad, así que sirve para ir al trabajo, ir visitando lugares, o ir de bares, como hice yo.
La nota de color la dio el departamento de Niv, que está pensado para una persona (y aún así es chiquito), y llegamos a ocuparlo 5 personas, durmiendo apilados. Por suerte una de las noches de más hacinamiento me invitaron a dormir a otro lado ;).
El sábado fuimos a la fiesta de L'Humanite, el diario del Partido Comunista, que era un predio gigante en las afueras, con puestitos de las distintas secciones del Partido, y también de otros Partidos del mundo; y por supuesto dos escenarios donde tocaban bandas. Nosotros llegamos a ver a Razorlight y a Iggy Pop, los dos recitales muy buenos.
El lunes, cansado de mi propia inercia decidí cambiar de aire y me tomé un Eurolines a Bruselas