Continuando con la verborragia que me agarró hoy (esto me hace replantear qué sentido tiene que mi blog esté sindicado en el Planet LUGFI, ya que nada de todo esto tiene que ver con el LUGFI), retomo el tema del post anterior, el del título.
Nunca tengo tiempo, siempre llego tarde, duermo poco (necesito más tiempo!), lamento la falta de tiempo.
Tiempo para laburar para Debian, tiempo para programar algo, tiempo para estudiar, tiempo para leer un libro, tiempo para aprender guitarra, tiempo para dormir, tiempo para visitar a mi familia, tiempo para disfrutar.
Nunca tengo tiempo, pero en realidad tengo mucho tiempo que desperdicio impunemente. Leyendo slashdot, navegando por cualquier página sin fin alguno, tratando de tomar una decisión trivial, o no trivial, estando semidormido (por falta de tiempo para dormir), chateando.
La mayor parte del tiempo que pierdo, lo pierdo frente a la PC. Pero sería muy simple echarle la culpa y proponerme una abstinencia extralaboral, creo que perdería el tiempo de todos modos. O no.
El problema es, claro, no hacer lo que quiero hacer. (Puf, dos años de terapia, y esto sigue sin solución.) Y también, luego de escribir los post anteriores, me doy cuenta que hay cosas que no deseo (realmente) hacer, pero que sería muy bueno para mí hacer. Está claro que ni siquiera me preocupo por no dedicar tiempo al ocio real: a escuchar un disco, ir al cine (voy al cine dos veces al año!), o pasar un día entero en una quinta riéndome y haciendo nada.
Argh, ya me mareo en mis propias cavilaciones. Y pierdo mucho tiempo pensando en estas cosas sin hacer nada al respecto.
Pero, creo, esto no es perder el tiempo. Al menos es catársis. Es algo a lo que quería dedicarle tiempo desde hace tiempo.