Hace mucho tiempo, no recuerdo cuánto, leí una tira de Rep -uno de mis humoristas preferidos- en la contratapa de Página/12, que era un homenaje a The wizard of Iz, diciendo que era una de las mejores historietas que había visto. Por eso, al poco tiempo empezé a leerla en la web, junto a tantas otras que suelo leer.
Pero sucedió que la expectativa fue mayor que la realidad.
Cuando vi una película de los hermanos Marx, fue algo parecido. Esperaba demasiado, y aunque eran graciosos, no me parecieron tan geniales.
No así con Monty Python, referentes obligados en el humor de los últimos 30 años. No sabía mucho de elllos, pero me convertí en un admirador incondicional casi instantáneamente cuando comencé a mirar la serie que se emitía por la BBC allá por el '69. Debo confesar que antes había visto Monty Python and the Holy Grail, y no había sintonizado demasiado. Pero uno insiste...